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2 septiembre, 2016El mercado o el tianguis es un lugar que todos conocemos y amamos. No sólo por lo que comemos y compramos ahí, si no por todo lo que representa. Y porque acudir a cualquiera de ellos es una experiencia enriquecedora, llena de colores, olores, sonidos, personas y vida.
La palabra tianguis proviene del náhuatl tiānquiz(tli) que significa mercado. Ha existido desde Mesoamérica, con nuestros pueblos originarios y ha ido cambiando con el paso del tiempo.
Antes, éstos se colocaban en ciudades importantes pues eran los espacios en donde las personas podían intercambiar sus productos viniendo de diferentes zonas. Algunos de los más importantes eran el de Huejotzingo, Tenochtitlán, Texcoco, Tlaxcala, Xochimilco y por supuesto, el de Tlatelolco.
Se organizaban de tal forma que formaban calles en las plazas y se distribuían de acuerdo a la especialidad: verduras, hierbas medicinales, frijol, maíz, algodón, aves, peces, obsidiana, entre otros.
De los más importantes está el mercado de Tlatelolco. Éste estaba ubicado en el suroeste del Templo Mayor de Tenochtitlán. Los pochtecas, los comerciantes por excelencia, estaban especializados en el intercambio de mercancías que podían venir desde zonas muy lejanas.
Había una sección especial en donde sólo los nobles podrían comprar animales exóticos, joyería, ornamentos y otros. Los cargadores o tamemes, se encargaban de transportar las mercancías. El método pago era el trueque o intercambio de productos. La primer moneda fueron los granos de cacao de mejor calidad.
El orden del mercado de Tlatelolco era el siguiente: Primero estaban los vendedores de animales, desde xoloscuincles, hasta tejones, conejos y aves. Luego estaban los puestos de comida preparada. También estaban los espacios en donde se ofrecían pescados traídos desde las costas. Además se contaba con una sección de vegetales y legumbres. También había una sección en donde se vendían productos medicinales y en donde se colocaban los curanderos. Otra sección de cerámicas, minerales y pigmentos.
“El tianguis de Tlatelolco era además el principal centro de reunión del pueblo; allí acudía la gente a enterarse de las noticias más sobresalientes de los alrededores y a verse con los amigos; y era asimismo el lugar a donde iban los padres de los jóvenes y los casamenteros a buscar, entre las jóvenes solteras, la futura esposa de sus hijos; con algo de suerte, los asistentes al mercado podrían encontrarse incluso con el joven transformado en Tezcatlipoca, quien ricamente vestido paseaba por el lugar, custodiado por sus ayudantes y guardianes; este personaje sería durante todo un año la imagen viva del dios”.
Hoy en día sabemos o identificamos a los tianguis por aquellos que se ponen un día a la semana cerca de alguna calle en nuestra casa, y a los mercados, por los lugares establecidos en un espacio. Como sea, siguen siendo espacios en donde ocurren muchas cosas y llenos de historias.
Y ojo, si quieres conocer una reproducción del mercado de Tlatelolco, puedes acudir al Museo de Antropología e Historia.
Fuentes: